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El costo oculto de la educación en México

Aproximadamente el 45% de los jóvenes mexicanos acceden a la educación superior, una cifra considerablemente inferior al promedio de América Latina, donde más del 70% de los jóvenes cursan estudios superiores.

Isidro Aguado Santacruz
Isidro Aguado Santacruz Archivo

por Isidro Aguado Santacruz

28/02/2025 15:48 / Uniradio Informa Baja California / Columnas / Actualizado al 28/02/2025

_"Una inversión en conocimiento paga el mejor interés."_ — Benjamín Franklin

Por Isidro Aguado Santacruz

En 2025, la educación superior en México enfrenta desafíos significativos que requieren atención urgente. A pesar de que la Ciudad de México lidera con un promedio de escolaridad de 11.5 años, seguido por Nuevo León con 10.7 y Querétaro con 10.5, según datos del INEGI, la tasa de asistencia universitaria en el país es alarmantemente baja. Aproximadamente el 45% de los jóvenes mexicanos acceden a la educación superior, una cifra considerablemente inferior al promedio de América Latina, donde más del 70% de los jóvenes cursan estudios superiores.

Este panorama se ve agravado por el alto costo de la educación superior. En instituciones privadas, las colegiaturas anuales oscilan entre 55,000 y 360,000 pesos, cifras inalcanzables para muchas familias mexicanas. Aunque las universidades públicas ofrecen costos más accesibles, los gastos adicionales, como los asociados al Examen General para el Egreso de la Licenciatura (EGEL), representan una carga financiera significativa.

Por ejemplo, en Baja California, las diferencias entre instituciones públicas y privadas son notables. La Universidad Autónoma de Baja California (UABC), ofrece programas de licenciatura con costos más accesibles en comparación con universidades privadas de la región. Sin embargo, incluso en la UABC, los costos de titulación pueden variar, y en algunas ocasiones, los estudiantes deben cubrir gastos adicionales que incrementan la carga financiera.

Esta situación refleja una problemática común en México, donde los costos asociados a la obtención del título universitario se han convertido en un obstáculo para muchos estudiantes. Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), el costo promedio anual para cursar una licenciatura en una universidad pública es de aproximadamente 13,824 pesos, mientras que en una universidad privada puede ascender a 48,902 pesos.

Estas diferencias reflejan una realidad preocupante: los costos adicionales asociados a la titulación pueden convertirse en barreras económicas que limitan el acceso y la equidad en la educación superior.

Como señaló el pedagogo Paulo Freire, "La educación es un acto de amor, por lo tanto, un acto de valentía". Garantizar que todos los estudiantes puedan obtener su título profesional sin enfrentar obstáculos financieros es un paso esencial para promover la justicia social y el desarrollo sostenible en el país.

Para abordar esta problemática, se proponen las siguientes acciones:

• Eliminación o reducción significativa de los costos de titulación: Implementar políticas que permitan a los egresados obtener su documentación oficial sin incurrir en gastos adicionales, reconociendo que la culminación de sus estudios debería ser suficiente mérito para la obtención del título.

• Programas de becas y apoyos financieros específicos para la titulación: Establecer fondos destinados a cubrir los costos de titulación para estudiantes de bajos recursos, asegurando que factores económicos no sean un impedimento para su desarrollo profesional.

• Regulación y transparencia en los costos administrativos de las universidades privadas: Supervisar y, en su caso, regular las tarifas impuestas por instituciones privadas para evitar cargos excesivos que perjudiquen a los estudiantes y sus familias.

• Implementación de la titulación automática: Adoptar sistemas donde, al cumplir con todos los requisitos académicos, los estudiantes obtengan su título sin necesidad de trámites adicionales o pagos extra, simplificando el proceso y eliminando barreras innecesarias.

Estas propuestas buscan transformar la educación superior en México en una herramienta verdaderamente accesible y equitativa. Como señaló Nelson Mandela, "La educación es el arma más poderosa que puedes usar para cambiar el mundo".

Garantizar que todos los estudiantes puedan obtener su título profesional sin enfrentar obstáculos económicos es un paso esencial para promover la justicia social y el desarrollo sostenible en el país.
En contraste, países como China, Japón, Finlandia y Alemania han implementado modelos educativos que podrían servir de referencia para México.

China ha invertido significativamente en educación, con un gasto público en educación que representa el 4% del Producto Interno Bruto (PIB), según datos del Banco Mundial. Además, ha establecido políticas que promueven la educación técnica y profesional, adaptándose a las necesidades del mercado laboral.

Japón ha desarrollado un sistema educativo que enfatiza la disciplina y el respeto, con un gasto público en educación que también ronda el 4% del PIB. Las escuelas japonesas suelen ser de gestión pública, y los costos asociados a la educación superior son considerablemente más bajos en comparación con México.

Finlandia es reconocida por su sistema educativo de alta calidad, donde la educación es gratuita en todos los niveles y el gasto público en educación es cercano al 5% del PIB. Este modelo se centra en la equidad y la calidad, garantizando que todos los estudiantes tengan acceso a una educación de excelencia sin importar su origen socioeconómico.

Alemania ha implementado el sistema de "Dual Education", combinando la educación teórica con la práctica profesional, lo que facilita la transición al mercado laboral. El gasto público en educación en Alemania es aproximadamente del 4.5% del PIB, y las universidades públicas no cobran colegiaturas, reduciendo significativamente las barreras financieras para los estudiantes.

Estas experiencias internacionales demuestran que es posible crear sistemas educativos que sean accesibles y de alta calidad, ofreciendo modelos que México podría considerar para mejorar su propio sistema educativo y garantizar que todos los jóvenes tengan la oportunidad de alcanzar su máximo potencial.

Adaptarse al compás de la vida no es tarea sencilla; en Cambio de ritmo, intento no perder el paso. Que tengas un excelente fin de semana lector.

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