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14/02/2025 15:08 / Uniradio Informa Baja California / Columnas / Actualizado al 14/02/2025
"La corrupción es simplemente el privilegio de unos pocos para decidir sobre la vida de muchos". —Roberto Saviano
Por Isidro Aguado
El gobierno de Claudia Sheinbaum ha presentado una iniciativa de reforma constitucional con la que se busca eliminar la reelección inmediata de legisladores y endurecer las normas contra el nepotismo electoral. La propuesta ha sido vendida como un avance en la lucha contra el abuso de poder y una reivindicación de los ideales revolucionarios. Pero, como suele ocurrir con estas reformas de corte moralizante, el diablo está en los detalles.
La reelección de legisladores había sido justificada como un mecanismo para fortalecer la rendición de cuentas y la profesionalización del poder legislativo. Sin embargo, en la práctica, solo ha servido para perpetuar castas políticas que han encontrado en la política un negocio familiar. Con la nueva propuesta, los diputados y senadores actuales deberán buscar otros caminos para mantenerse en el presupuesto público, pues no podrán reelegirse de inmediato. ¿Un acto de justicia democrática? Más bien una corrección conveniente ante las nuevas circunstancias políticas.
Pero el verdadero problema no es solo la reelección, sino la forma en que el nepotismo ha permeado cada rincón de la administración pública. La reforma pretende limitarlo en el ámbito electoral prohibiendo que familiares directos de un funcionario aspiren al mismo cargo en el periodo inmediato siguiente. Se trata de un intento por frenar la creación de dinastías políticas, pero con una trampa evidente: bastará con que el político de turno coloque a un intermediario para después cederle el puesto a su cónyuge, hijo o hermano sin mayores obstáculos. Es el viejo truco del prestanombres aplicado al poder.
Sin embargo, el nepotismo no solo se da en las urnas, sino en cada una de las estructuras gubernamentales. Desde hace décadas, el aparato burocrático ha funcionado como una red de favores familiares donde la idoneidad del candidato es irrelevante. En cualquier dependencia estatal o municipal es común encontrar a hijos, sobrinos y hasta cuñados de funcionarios acomodados en nómina con sueldos generosos sin mérito alguno.
El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), la Comisión Federal de Electricidad (CFE), Petróleos Mexicanos (Pemex), y una larga lista de dependencias han sido convertidas en agencias de colocación laboral para los parientes de quienes ostentan el poder. Los sindicatos, en lugar de ser garantes de derechos laborales, han sido cómplices en la perpetuación de estas redes, protegiendo a trabajadores cuya única cualificación es el apellido correcto. Y no olvidemos a los jueces, magistrados y altos funcionarios del Poder Judicial, donde los puestos se heredan de generación en generación como si fueran títulos nobiliarios.
Si el verdadero objetivo de esta reforma es erradicar el nepotismo, la solución no puede limitarse al ámbito electoral. Es necesario implementar medidas radicales, como la obligatoriedad de concursos públicos transparentes y supervisados por organismos ciudadanos para cualquier puesto gubernamental. Además, sería indispensable establecer una verdadera rendición de cuentas, donde aquellos que incurran en la contratación de familiares sean destituidos e inhabilitados para ocupar cargos públicos.
En Italia, la corrupción ligada al nepotismo ha sido duramente señalada por figuras como el periodista Roberto Saviano, quien ha denunciado el modo en que las dinastías políticas capturan las instituciones mediante favores familiares. En América Latina, Argentina y Brasil han intentado legislar en contra de estas prácticas, aunque con resultados poco alentadores. Y el mismo Papa Francisco ha criticado esta forma de corrupción al señalar que "el amor por la parentela es más grande que el amor por la patria".
El nepotismo en México no desaparecerá con una reforma a medias que deja abiertas demasiadas puertas para que las dinastías políticas sigan floreciendo. Mientras las instituciones públicas sigan funcionando como empresas familiares y los sindicatos protejan el privilegio sobre la capacidad, seguiremos viendo la misma historia: burócratas ineficientes exigiendo aumentos salariales, mientras jóvenes preparados quedan fuera del sistema.
Si de verdad queremos acabar con el nepotismo, la reforma debe ser profunda, estructural y aplicada sin distinciones. De lo contrario, todo seguirá igual, solo que con nuevas reglas que seguirán beneficiando a los mismos de siempre.
Adaptarse al compás de la vida no es tarea sencilla; en Cambio de ritmo, intento no perder el paso. Que tengas un excelente fin de semana lector.