26/11/2024 19:30 / Uniradio Informa Baja California / Columnas / Actualizado al 26/11/2024
_"Los prejuicios son las cadenas forjadas por la ignorancia y el miedo."_ - Montesquieu
Por Isidro Aguado Santacruz
En Palo Alto, California, un rincón de innovación y conocimiento, la presencia hispana, particularmente mexicana, se hace sentir. Según cifras de 2021, alrededor de 37.2 millones de mexicanos o estadounidenses de origen mexicano residen en Estados Unidos. Más que números, estas comunidades son el alma vibrante de barrios, negocios y centros culturales en todo el país. Sin embargo, el discurso político a menudo reduce su existencia a una narrativa polarizante y desinformada.
Donald Trump, fiel a su estilo provocador, recientemente comparó la inmigración con un "veneno" que amenaza la pureza de Estados Unidos, una retórica alarmantemente cercana a las páginas de Mi lucha de Adolf Hitler. Prometiendo cerrar la frontera con México y deportar a millones de inmigrantes a partir de enero de 2025, su mensaje resuena como un eco peligroso de tiempos oscuros. Estas palabras no solo dividen, sino que ignoran los aportes fundamentales de los inmigrantes a la economía y la sociedad estadounidense.
La realidad económica desmiente el mito del "robo de empleos." Según un análisis del Economic Policy Institute realizado por Daniel Costa y Heidi Shierholz, la tasa de desempleo en Estados Unidos se mantenía baja en 2023, reflejando un mercado laboral en expansión. Sectores clave como la agricultura, la construcción y los servicios dependen en gran medida de trabajadores inmigrantes, quienes llenan vacíos que de otro modo quedarían desatendidos. Lejos de ser un lastre, los inmigrantes son una fuerza motriz para el crecimiento económico, aportando con su trabajo y pagando impuestos que sostienen programas esenciales.
El contraste entre la percepción y la realidad es evidente en lugares como Stanford, donde el costo de la educación superior refleja las desigualdades sistémicas que los inmigrantes enfrentan para progresar. Con un presupuesto que supera los $9 mil millones anuales y un personal diverso, la universidad se erige como un ejemplo de cómo el talento —sin importar su origen— puede prosperar cuando se le da oportunidad.
Reducir la inmigración a una amenaza nacional no solo es injusto, sino también miope. Las políticas que prometen deportaciones masivas y restricciones extremas podrían desencadenar efectos económicos devastadores, aumentando costos laborales, reduciendo la competitividad y frenando el crecimiento. Más grave aún, perpetúan una narrativa de odio que fractura el tejido social de un país construido sobre la diversidad.
En un momento histórico donde la verdad parece ser la primera víctima del debate político, urge recordar que los inmigrantes no envenenan al país; lo enriquecen con su esfuerzo y esperanza. Estados Unidos debe decidir si quiere seguir alimentando fantasmas de miedo o abrazar una visión más inclusiva y realista de su futuro. Porque, como ha demostrado la historia, el progreso no viene del aislamiento, sino de la integración.
"La ignorancia es el enemigo más feroz de la justicia y la verdad." Decidamos, como sociedad, enfrentarlo con hechos y humanidad, excelente inicio de semana lectores.