por Ingeniería, soluciones para un mundo complejo Cetys
10/04/2024 16:49 / Uniradio Informa Baja California / Columnas / Actualizado al 10/04/2024
Mtra. Margarita Ordoñez Vázquez
Las matemáticas son un pilar fundamental en la educación. No se limitan solo a números y fórmulas; constituyen un lenguaje universal, el lenguaje de la ciencia que nos permite comunicarnos con precisión. Las encontramos en una diversidad de disciplinas, como la meteorología, astronomía, medicina, arquitectura, finanzas y, por supuesto, en la ingeniería, entre muchas otras disciplinas. Proporcionan las herramientas necesarias para comprender el mundo y contribuyen al desarrollo tecnológico.
Desde niños, aprendemos jugando con bloques, construyendo, clasificando, agrupando, ordenando y reconociendo patrones. Esto significa que somos usuarios matemáticos naturales, como lo comenta Keith Devlin, matemático de la Universidad de Stanford, en sus libros. Sin embargo, cuando en la escuela se introducen los algoritmos de la suma, resta, multiplicación y división, a veces la experiencia es de confusión, sin percatarnos de que el algoritmo es una secuencia de pasos definidos que representan un proceso o una operación que realizamos en la vida cotidiana, como sumar números en una cuenta o seguir una receta de cocina.
La sensación de confusión en el aprendizaje de las matemáticas puede ser desagradable y repetitiva, llevando a un disgusto general hacia la materia. Esta angustia matemática se relaciona con la percepción de dificultad, aburrimiento y miedo, lo que dificulta el proceso de aprendizaje.
Jo Boaler destaca que desarrollar un sentido numérico profundo, entendiendo la relación entre los números en lugar de simplemente memorizar tablas y fórmulas, es fundamental para las matemáticas avanzadas (Boaler, J. 2015).
Investigaciones recientes sobre el cerebro indican que los estudiantes exitosos en matemáticas emplean diferentes vías cerebrales: una lógica y simbólica, y otra más intuitiva y espacial, favoreciendo la estrategia sobre la memorización (Park, J. y Brannon, E. 2013).
Cuando se cultiva este razonamiento lógico y sentido numérico en el estudio de las matemáticas, los estudiantes ganan confianza en sí mismos y en sus habilidades, mejorando su autoestima y experimentando emociones positivas que los capacitan para abordar problemas desde lo simple hasta lo complejo.
Es por eso, que la integración de emociones en la enseñanza de las matemáticas es esencial para comprender su impacto en el aprendizaje, desarrollando desde los primeros años un sentido numérico profundo que permita que los estudiantes adquieran confianza en sus habilidades matemáticas y mejoren su autoestima que los capacite y motive para enfrentar desafíos matemáticos con éxito.
La académica cuenta con diplomado en Enseñanza de las Matemáticas, tiene Maestría en Desarrollo Humano, y es docente de Ciencias Básicas en la Escuela de Ingeniería de CETYS Universidad Campus Tijuana.