Entre rosas y fronteras: prácticas transnacionales el Día de San Valentín
Ámbar Itzel Paz Escalante*
A propósito del 14 de febrero, día del amor y la amistad, reflexionamos sobre cómo esta fecha, reconocida mundialmente como el día de los enamorados, tiene un impacto en nuestra economía local y trasnacional. Osos de peluche, cajas de chocolates, globos y ramos de flores son algunas de las formas en que las personas celebran este día.
Se estima que esta festividad es la segunda que genera más derrama económica en nuestro país, solo por debajo del día de las madres. En 2022 el Día de San Valentín propició en México más de 22 mil millones de pesos, según los cálculos de la Universidad Autónoma de Sinaloa. La influencia de la cultura norteamericana, promotora del clásico "be my valentine", que vemos en comedias románticas de Hollywood, se ha trasladado a un día donde el consumismo se hace evidente en tiendas, restaurantes, cines, bares y en la industria hotelera.
Asimismo, esta celebración está arraigada en prácticas transnacionales de las personas migrantes, donde las familias mexicanas que se encuentran aquí y allá -entre Estados Unidos y México- contribuyen a activar la economía. Es gracias a una diversidad de canales de comunicación y de negocios que les es posible conectarse a través de detalles con aquellas personas especiales, a las que recuerdan con cariño en esta festividad.
Un ejemplo notable es el negocio de Ruth, una migrante mexicana que ha vivido en Florida durante más de 30 años y que estableció una casa de cambio en la ciudad de Clearwater. Hace varios años, decidió emprender un camino diferente al de otros negocios de este tipo, que se enfocan exclusivamente en el envío de remesas económicas. Ruth identificó en su clientela, compuesta principalmente por migrantes mexicanos y latinos, una necesidad latente de enviar más que dinero; es decir, quería ofrecerles un canal que les permitiera expresar sus emociones y afectos a sus familiares y amigos que radican en las localidades de origen. Su visión incorporó al negocio una esencia romántica, sensible y afectiva al ofrecer un nuevo servicio a través del cual las personas mandan mensajes y bellos regalos; así nació en paralelo su negocio de "envío de flores". Este último se consolidó al crear un catálogo de ramos que Ruth ofrece a sus clientes en Florida, quienes solamente brindan una dirección para que se realice el envío a México; cabe señalar que los ramos tienen gran popularidad en fechas especiales como el 14 de febrero, el 10 de mayo, cumpleaños, aniversarios y graduaciones.
Su emprendimiento prosperó de manera transnacional al asociarse con su hermano que reside en la ciudad de Ixmiquilpan, Hidalgo, él se encarga de conseguir el ramo y de entregarlos personalmente en los hogares solicitados por los clientes, sin importar lo alejados o metidos en la sierra que estén, pues es un conocedor de las carreteras, caminos de terracería y de todos los pueblos que componen el Valle del Mezquital.
Si bien los dólares que los paisanos migrantes envían a esposas, novias o amigas en esta fecha demuestran su interés, compromiso y metas compartidas a corto, mediano y largo plazo, no cabe duda de que el envío de flores refuerza la esperanza y el vínculo amoroso en la distancia. El negocio de Ruth proporciona ese canal afectivo que llena de alegría y sorpresas los corazones que han sido afectados por la frontera y la distancia.
En esta fecha, que algunos pueden tachar de cursi, observamos cómo la economía se mueve y los corazones laten. Incluso en el caso de los migrantes, es posible expresar con llamadas, dólares y detalles todo aquello que se siente por sus seres queridos que esperan reencontrar algún día. En medio de la distancia, el Día de San Valentín se convierte en un puente emocional, donde el amor viaja a través de diversos objetos y mensajes, venciendo las fronteras y recordándonos que, aunque distantes, el afecto sigue siendo un móvil palpable y vibrante.
* El Colegio de la Frontera Norte - Estancias Posdoctorales