por Psicología para todos Cetys
25/06/2024 11:30 / Uniradio Informa Baja California / Columnas / Actualizado al 25/06/2024
BAJA CALIFORNIA.- En los últimos años se han incrementado los estudios relacionados con el bienestar y cómo contribuir a mejorarlo (Bisquerra, 2013). Por lo que se esperaría que la población estuviera enterada de los nuevos hallazgos que contribuyen a lograr el bienestar en todas sus dimensiones; además, se esperaría observar cambios en los miembros de la comunidad, la disminución de los índices enfermedad, así como la disminución de estados emocionales adversos (como ansiedad, depresión, estrés, entre otros), la disminución de la violencia, incremento de la justicia, la paz y de la felicidad.
El bienestar se construye a partir de predisposiciones, contextos sociales, actitudes y motivaciones, volviendo compleja su manifestación en los seres humanos, pues se han identificado varias formas de comprenderlo y propiciarlo; puede materializarse en algunos subtipos de bienestar como son: el económico, el físico, el social, el emocional/psicológico, subjetivo y profesional (Bisquerra, 2013).
En particular, los hombres viven contextos muy diversos en los que resulta complejo alcanzar el bienestar en todas sus dimensiones, con consecuencias importantes en la salud física y mental. Los problemas de salud en varones, son favorecidos en gran medida por su estilo de vida y determinados por el cumplimiento del modelo social de la masculinidad tradicional hegemónica, trayendo como consecuencia para los hombres comportamientos como rehusarse a ir al médico, excesiva ingesta de alcohol y/o tabaquismo, mala alimentación, problemas de salud sexual y reproductiva, entre otros (Martínez, 2018).
Dichos modelos, son comportamientos aprendidos y reforzados conductualmente a lo largo del desarrollo tanto para hombres como para mujeres y determinan diversas experiencias de interacción con los demás. En el caso de las masculinidades, se pueden definir como las prácticas, tradiciones, y comportamientos que se han determinado como ideales para lo que la sociedad ha construido como "ser hombre" por clase social, identidad étnica, país, familia, edad, etc. (Endara y col., 2018).
Por tanto, los varones tradicionalmente están socializados para ser activos, tener el control, estar a la defensiva, ser fuertes, aguantar el dolor de la lucha por la vida, valerse por sí mismos, usar el cuerpo como herramienta, no pedir ayuda y salir adelante pese a todo o pensar en las mujeres como personas a su disposición (Bonino, 2018). Trayendo como consecuencia dificultad para percibir signos de alarma corporal, postergar el afrontamiento del malestar, gestionar el miedo y la ansiedad, por vías indirectas como el enojo, la culpabilización a otros o el ensimismamiento, retardar la consulta, no aceptar el rol de enfermo, abandonar precoz y frecuentemente los tratamientos, minimizar el daño que provocan con sus comportamientos, alejarse y/o mostrar su incompetencia para el cuidado, entre otros.
Podremos reconocer expresiones comunes en los hombres ante el malestar físico, emocional o social, como: "no tienes nada", "hay que sacar el trabajo", "luego se me pasa"; o prácticas de ridiculizar a otros hombres que pasan por problemas emocionales o decepciones amorosas, problemas de erección o que se embriagan con poco alcohol consumido, así como la aparición de comportamientos violentos o de riesgo para su integridad física y psicológica. Lo que propicia el silencio, sentimientos de confusión, aislamiento, desesperanza, depresión o soledad que persisten de la infancia a la vida adulta.
Por lo anterior, es necesario tomar acciones comunitarias, familiares e individuales que fomenten el cuidado, el autocuidado y bienestar en los varones. Las estrategias para el cuidado de la salud deben considerar la salud masculina desde la infancia y adolescencia hasta la mediana edad y vejez, como son la nutrición adecuada, actividad física, salud cardiovascular, la prevención de abuso de sustancias, la preservación de la salud mental, la seguridad en el trabajo y el mantenimiento de la salud en forma regular (Elterman & Pelman, 2014).
Por otro lado, algunos programas para promover el bienestar y cuidado muestran impacto positivo en actitudes y prácticas de los varones, por ejemplo (Aguayo, Sadler, Obach y Kimelman, 2013):
- Involucramiento de los hombres en tareas de paternidad, cuidado y crianza, y en tareas domésticas.
- Búsqueda de asistencia sanitaria y mayor uso de los servicios de salud.
- Mayor uso de métodos anticonceptivos.
- Prevención de la transmisión del VIH y otras ITS.
- Disminución de la violencia física.
- Mejor interacción con sus parejas.
- Aprender a tomar distancia de situaciones conflictivas.
- Atreverse a romper el silencio.
- Evitar poner en riesgo la salud o el bienestar.
En conclusión, los varones se enfrentan a una serie de estereotipos cuyos prejuicios tanto en los hombres como en sus interacciones con los demás, fomentan afectaciones en su bienestar físico, emocional, social y espiritual. Las experiencias de bienestar, pueden ser promovidas entre la comunidad de hombres con el fin de desarrollar habilidades de cuidado a ellos y a las personas con quienes conviven. Produciendo efectos positivos que impactan en su salud física, emocional, sexual y social, así como en las interacciones con sus familias y la comunidad en general.
El académico es Coordinador de la Licenciatura en Psicología Clínica, en la Escuela de Psicología de CETYS Universidad Campus Tijuana.
Referencias.
- Aguayo, F., Sadler, M., Obach, A. y Kimelman, E. (2013). Talleres sobre Sexualidad, Paternidad y Cuidado con Hombres Jóvenes. Manual con perspectiva de género y masculinidades para Facilitadores y Facilitadoras. https://www.bivica.org/file/view/id/380
- Bisquerra, R. (2013). Cuestiones sobre el bienestar. Cinco pilares para el desarrollo del bienestar personal, social y emocional. Editorial Síntesis.
- Bonino, L. (2001) Salud, varones y masculinidad. Seminario sobre Mainstreaming de género en las políticas de salud en Europa. http://www.lazoblanco.org/wp-content/uploads/2013/08manual/bibliog/material_masculinidades_0533.pdf
- Elterman, D. S. & Pelman, R. S. (2014). Salud masculina: un nuevo paradigma, estrategias para la atención de salud, apoyo, educación e investigación. REV. MED. CLIN. CONDES, 25(1) 40-45. Martínez, A. (2018). La paternidad, visión desde una perspectiva biopsicosocial. Revista Cubana de Genética. Comunitaria, 12(1). https://revgenetica.sld.cu/index.php/gen/article/view/11/8
- Vázquez, C. y Hervás, G. (2009). La ciencia del bienestar. Fundamentos de una Psicología Positiva. Alianza Editorial.
- https://www.elsevier.es/es-revista-revista-medica-clinica-las-condes-202-pdf-S0716864014700094