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La amenaza de eliminar los organismos autónomos

"La democracia no es un producto, sino un proceso que necesita ser defendido constantemente.", Franklin D. Roosevelt

Isidro Aguado Santacruz
Isidro Aguado Santacruz Archivo

por Isidro Aguado Santacruz

15/11/2024 15:24 / Uniradio Informa Baja California / Columnas / Actualizado al 15/11/2024

En las últimas semanas, el debate sobre la posible eliminación de organismos autónomos como la COFECE, el INAI, el IFT y la CNH ha cobrado relevancia en la agenda política del país. Estos organismos, creados con el propósito de regular y garantizar la transparencia en sectores clave de la economía y la vida pública, se han convertido en pilares fundamentales de un sistema democrático que busca equilibrar el poder del Estado y proteger los derechos de los ciudadanos.

Sin embargo, la propuesta de su desaparición genera preocupaciones legítimas sobre el futuro de la competitividad, la transparencia y el acceso a la información en México. Si bien el argumento de algunos sectores es que estos organismos representan una carga burocrática, no debemos perder de vista el papel crucial que juegan en la defensa de los intereses de los ciudadanos frente a posibles abusos de poder.

La extinción de la Comisión Federal de Competencia Económica, por ejemplo, podría permitir que monopolios se fortalezcan sin control alguno, afectando directamente a los consumidores. En el pasado, la COFECE ha desempeñado un papel vital en sancionar prácticas anticompetitivas que afectan a sectores tan sensibles como el de las tortillas o las aerolíneas. Si esta institución se elimina, los consumidores se verían privados de un mecanismo eficaz para defender sus derechos.

De igual manera, la desaparición de la Comisión Nacional de Hidrocarburos podría generar incertidumbre en el sector energético, impactando los precios de los combustibles y la electricidad. La falta de un regulador autónomo podría llevar a un escenario donde las decisiones del gobierno en materia energética no sean completamente transparentes, lo que afectaría a los hogares y empresas del país.

Por otro lado, la disolución del Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) dejaría a los ciudadanos sin un regulador especializado que defienda sus derechos frente a las grandes empresas de telecomunicaciones. En un mercado tan competitivo, como el de la telefonía y el internet, los consumidores necesitan de un organismo imparcial que garantice una competencia justa y evite prácticas abusivas.

El Instituto Nacional de Acceso a la Información (INAI) también desempeña un papel fundamental en la garantía de transparencia y rendición de cuentas en el gobierno. Su posible eliminación podría poner en riesgo el derecho ciudadano al acceso a la información pública, lo que representa un retroceso en los avances democráticos logrados en las últimas décadas.

Es importante reconocer que la desaparición de estos organismos autónomos no solo tiene implicaciones para los sectores económicos y de telecomunicaciones, sino que también impacta en el fortalecimiento de la democracia en México. Estos organismos fueron diseñados para ser contrapesos del poder gubernamental, para asegurar que el Estado actúe de manera justa y transparente.

Lo que está en juego con esta propuesta es mucho más que la eficiencia administrativa o la reducción de burocracia. Es una cuestión de principios democráticos fundamentales, como la independencia de las instituciones, el acceso a la información y la competencia justa. En este contexto, debemos preguntarnos: ¿cómo garantizar una verdadera democracia si eliminamos los mecanismos que permiten a la sociedad ejercer su derecho a la información y la justicia?

El camino que se elija en las próximas semanas tendrá un impacto profundo en el futuro de la política y la democracia en México. La disolución de estos organismos autónomos podría marcar el inicio de una etapa en la que el control del poder quede aún más concentrado, sin los suficientes contrapesos que lo frenen.
Este debate no solo debe quedar en manos de los legisladores.

Es fundamental que los ciudadanos se informen, participen y exijan que sus derechos sean respetados. En un momento de transformación, la democracia no debe retroceder, sino avanzar. Más nos espera si no actuamos para proteger lo que hemos logrado hasta ahora. La autonomía de estas instituciones no es solo una cuestión de política; es una cuestión de justicia, transparencia y del futuro que queremos para México, excelente fin de semana lectores.