por De la idea al negocio Cetys
28/11/2024 18:27 / Uniradio Informa Baja California / Columnas / Actualizado al 28/11/2024
Durante la segunda década de los años 2000, Baja California empezó a vivir el auge de la cerveza artesanal, convirtiéndose rápidamente en un símbolo de identidad regional, a la par de otras industrias como la vitivinícola y la gastronómica. Lo que comenzó como una industria emergente se consolidó en todo el país, expandiéndose a regiones como Jalisco, Nuevo León, Querétaro y Ciudad de México. Detrás de este crecimiento, la influencia del sur de California, particularmente la escena cervecera de San Diego, desempeñó un papel clave.
La ciudad de San Diego, que desde la década de los años 90 se consolidó como la capital mundial de la cerveza artesanal con más de 150 cervecerías de la talla de Stone Brewing y Ballast Point, sirvió como referente para los cerveceros de Baja California, permitiendo una colaboración transfronteriza que aún hoy es sólida. Sin embargo, a pesar de su éxito por más de 20 años, el panorama de la cerveza artesanal en Estados Unidos empezó a cambiar desde 2016, cuando las ventas comenzaron a estancarse y luego a declinar.
Entre los factores responsables de este fenómeno se encuentran las adquisiciones corporativas, que alteraron la percepción de autenticidad en las cervecerías, así como una expansión agresiva que no siempre se sustentó sobre bases financieras sólidas. Además, la pandemia de COVID-19 aumentó las dificultades del sector, con el cierre de muchos bares especializados en cerveza artesanal.
En paralelo, los cambios en las preferencias de los consumidores han impactado el mercado, con una creciente inclinación hacia bebidas alternativas como el vino, los cócteles enlatados y las bebidas sin alcohol. Asimismo, la sobreoferta de marcas y la amplia diversidad de estilos y sabores, ha llevado al consumidor a una "fatiga de opciones", haciendo que los clientes prefieran cervezas confiables y de alta calidad.
Ante este panorama, los cerveceros artesanales de California y de otras partes de Estados Unidos han optado por simplificar sus enfoques, centrándose en una oferta más reducida pero de alta calidad. Esto les permite perfeccionar sus recetas, asegurar la frescura de sus productos y, al mismo tiempo, ofrecer una experiencia más cuidada al cliente, con cervezas seleccionadas con el mayor de los detalles, creando así una conexión más cercana con el consumidor, entendiendo mejor sus preferencias y generando un ambiente acogedor e inclusivo.
Por otro lado, la diversificación y la reinvención también están marcando tendencia, con algunos cerveceros que han decidido incorporar cócteles y vino a sus menús. En ciertos casos, incluso han comenzado a producir su propio vino, lo que les permite ampliar su creatividad y aprovechar equipos y técnicas comunes, con el objetivo de llegar a un público más amplio.
Finalmente, la inclusión, el consumo local y la sostenibilidad están cobrando cada vez más relevancia en la industria cervecera estadounidense. Estos valores no solo están modelando las preferencias de los consumidores, sino que también están influyendo en las decisiones de los minoristas, quienes ahora consideran estos principios como criterios clave al elegir las cervecerías con las que se asocian.
Para México, este escenario plantea valiosas lecciones. Las cervecerías artesanales mexicanas tienen la oportunidad de amortiguar el impacto de los retos enfrentados por la industria norteamericana. En lugar de centrarse únicamente en la expansión, las marcas deben apostar por una oferta más cuidada, basada en la calidad, la sustentabilidad, la innovación y la cercanía con sus consumidores. Así, podrán adaptarse a las tendencias del mercado sin sacrificar su identidad artesanal, ni comprometer su sostenibilidad a largo plazo.
El futuro de la cerveza artesanal en México dependerá de un enfoque equilibrado que combine creatividad, consistencia y un compromiso con la sostenibilidad ambiental, económica y social. Las cervecerías que logren fortalecer su conexión con sus comunidades locales y ofrecer experiencias auténticas tendrán mayores posibilidades de prosperar en un mercado que, aunque cambiante, sigue valorando la calidad y la innovación. En un contexto global de transformación, el reto para los cerveceros mexicanos es claro: evolucionar sin perder de vista lo que los hace únicos.
El doctor es Director del Instituto de Investigación en Innovación, Emprendimiento y Cambio Social (Innsignia) y profesor-investigador en la Escuela de Graduados de Administración y Negocios (CGSB) de CETYS Universidad. Es miembro del Sistema Nacional de Investigadores Nivel I, y especialista en el estudio social de la innovación y de las industrias culturales y creativas. Como parte de su productividad cuenta con numerosas publicaciones científicas en dichas áreas. Además, ha liderado diversos proyectos de alcance nacional en torno a la industria vitivinícola, gastronómica y de cerveza artesanal.