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PRD, en Tránsito hacia la Extinción

El partido que una vez fue esencial para el auge de la izquierda mexicana ahora enfrenta su declive.

Columna Análisis
Columna Análisis .

por Isidro Aguado Santacruz

13/06/2024 11:48 / Uniradio Informa Baja California / Columnas / Actualizado al 13/06/2024

El partido que una vez fue esencial para el auge de la izquierda mexicana ahora enfrenta su declive. El surgimiento del PRD se atribuye en gran medida al respaldo popular que Cuauhtémoc Cárdenas recibió como candidato presidencial del Frente Democrático Nacional en las elecciones de 1988, las cuales fueron ganadas por Carlos Salinas de Gortari en medio de denuncias de fraude. Hasta ese momento, el PRI había sido el único partido en el poder, y la demanda por una apertura democrática estaba en aumento.

Cuauhtémoc Cárdenas comenzó a unificar diversas fuerzas de izquierda y disidentes del PRI, acompañados por figuras emblemáticas de la lucha social como Ifigenia Martínez y Porfirio Muñoz Ledo. Líderes opositores, como los candidatos presidenciales Rosario Ibarra, del desaparecido Partido Revolucionario de los Trabajadores y Manuel Clouthier del PAN, se unieron a Cárdenas en su protesta contra la caída del sistema electoral, entonces dirigido por el actual titular de la CFE, Manuel Bartlett.

En Baja California, varios de los ahora morenistas comenzaron su carrera en el PRD, como Alejandro Ruiz Uribe. Sin embargo, en los últimos años, muchos miembros se han desvinculado, y entre los pocos que permanecen está Jaime Martínez Veloz, quien participó como candidato plurinominal. A nivel nacional, el PRD se alió con el PAN y el PRI, pero a nivel local, fue el primero en romper esa coalición y decidió competir solo. En Baja California, el PRD fue el partido que, en solitario, obtuvo la menor cantidad de votos, seguido de cerca por el PRI, por lo que la pérdida de su registro es inminente.

El PRD nació oficialmente el 5 de mayo de 1989, el mismo año de la caída del Muro de Berlín. Por sus filas pasaron personajes como Rosario Robles, Marcelo Ebrard, Amalia García y Jesús Ortega, entre muchos otros que ocuparon posiciones clave. Dentro del PRD se gestaron varias de las políticas que MORENA mantiene como estandartes hasta hoy, incluyendo el rechazo al neoliberalismo, la defensa de los programas sociales y el control estatal del sector energético.

En 1997, el PRD logró su primera victoria significativa cuando Cuauhtémoc Cárdenas ganó la jefatura de gobierno del entonces Distrito Federal, marcando la primera vez que el PRI perdió el control de la capital del país. El PRD también comenzó a ganar gubernaturas y escaños en congresos locales y federales, convirtiéndose en la principal fuerza de izquierda en México.

Con ese ímpetu y más de cinco millones de militantes, Andrés Manuel López Obrador ganó en 2000 la jefatura de gobierno de la Ciudad de México y seis años después fue candidato presidencial. Aunque López Obrador perdió la elección por medio punto porcentual, 2006 fue el año en el que el PRD alcanzó su cúspide, logrando su máxima representación legislativa con 127 diputados federales y 26 senadores, y promoviendo políticas progresistas como la despenalización del aborto, el matrimonio igualitario y programas sociales destinados a reducir la pobreza y la desigualdad. Al mismo tiempo, el PRD enfrentaba conflictos internos entre sus diversas facciones, que luchaban por el poder. Estas disputas duraron años hasta que finalmente debilitaron al partido.

Después de perder la elección presidencial de 2012, López Obrador decidió abandonar el PRD y fundar MORENA. Muchos perredistas lo siguieron, entre ellos Martí Batres, Marcelo Ebrard, Adán Augusto López, Clara Brugada, Félix Salgado Macedonio, Alejandro Encinas, Mario Delgado y la actual virtual presidenta electa, Claudia Sheinbaum.

Tras 35 años, la crisis en el PRD se ha profundizado. Las elecciones de 2024 lo dejaron por debajo del 3% de los votos necesarios para conservar su registro como partido. Su dirigente nacional, Jesús Zambrano, confía en que, incluso sin el registro, el partido seguirá adelante.

El panorama político del PRD es desalentador, con una base de apoyo menguante y una serie de derrotas electorales que lo han dejado al borde de la extinción. En este contexto, es probable que algunos de sus actores políticos busquen alianzas con otros partidos locales para mantener su relevancia y seguir influyendo en la política mexicana. La historia del PRD es un recordatorio de cómo las dinámicas internas y las decisiones estratégicas pueden determinar el destino de un partido político.
 

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