
por Mtro. Gonzalo Manrique Ávalos
30/03/2025 16:10 / Uniradio Informa Baja California / Columnas / Actualizado al 31/03/2025
La educación debería ser un derecho para todos, no sólo para quienes encajan —por denominarlo de alguna manera— en el molde tradicional. En nuestro país, la falta de tratamiento al Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) está dejando a miles de niños y niñas atrás. Y ésa es una deuda mayúscula por saldar.
Al menos 1 millón 600 mil menores mexicanos, de entre los 6 y 16 años, padecen este trastorno, de acuerdo con los datos de la Encuesta Nacional de Epidemiología Psiquiátrica —realizada por el Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente Muñiz (Inprfm)— y retomados en 2023 por Océano Magazine. El reto detrás de esto es que, afirma la misma institución, tan sólo el 8% ha sido diagnosticado y tratado de manera adecuada.
Si en el día a día el proceso es complejo, al interior de los centros escolares el reto se duplica debido a que el sistema educativo sigue sin estar preparado para atenderlo. Entre muchas otras situaciones, el número de la población estudiantil es un factor importante. En zonas como Baja California o la Ciudad de México la relación entre la cifra de estudiantes de secundaria, por ejemplo, y el total de grupos establece que cada aula supera los 30 educandos.
Aquel menor al que le cuesta permanecer sentado en su salón y tiene dificultades para seguir instrucciones es calificado de rebelde, cuando en realidad éstos son síntomas del TDAH, puntualiza el centro de investigación de la Clínica Mayo en Estados Unidos; si interrumpe conversaciones, da respuestas apresuradas o parece no escuchar, es llamado mal educado, pero éstas son otras manifestaciones del trastorno; si enfrenta problemas para organizar actividades u olvida realizar alguna tarea, son tachados de flojos. Aunque la respuesta es la misma.
TDAH, MÁS ALLÁ DE LA ATENCIÓN
Dejar de lado tareas cotidianas en el proceso formativo no es cosa menor, sin embargo, si se compara con la posibilidad de altibajos emocionales, casos de ansiedad y depresión o violencia dentro de las aulas, la óptica cambia. Y sí, en efecto, en aquellos adultos que fueron niños no tratados el impacto es más grave.
El Centro Nacional para la Información Biotecnológica en Estado Unidos evalúo los resultados de 42 estudios —en suma, poco más de 728 mil participantes— y arrojó que la prevalencia de la obesidad en adultos con TDAH se acerca al 70%, mientras que en menores se acerca al 40%. La misma institución reconoce que diagnósticos nulos o con tratamientos pobres dan como resultado depresiones recurrentes o de aparición más temprana. Y, para abonar al escenario, el abuso de sustancias se convierte en dependencia de una forma más rápida.
Por supuesto, el bullying no queda fuera debido al estigma o desconocimiento de los propios menores. Habremos de recordar que a inicios de marzo se difundió en redes sociales una golpiza a una niña de secundaria, diagnosticada con TDAH; la recomendación de la Comisión Estatal de los Derechos Humanos en Sonora por otra menor violentada por sus compañeros de clase, entre un sinfín de ejemplos. Aun así, en las escuelas mexicanas el diagnóstico sigue sin abordarse de manera efectiva.
DE LO MITOS A LA FALTA DE HERRAMIENTAS
La Nueva Escuela Mexicana (NEM), modelo educativo que busca mayor inclusión, menciona la necesidad de atender a estudiantes con necesidades especiales, pero no brinda herramientas suficientes a los maestros para hacerlo.
Sin capacitación ni recursos adicionales, la realidad es que la inclusión queda en el discurso y no en la práctica. La carencia de formación específica -aunado a la sobrepoblación en las escuelas— deja a los alumnos en una situación de vulnerabilidad.
Por otro lado, la Secretaría de Economía en México revela que para el tercer trimestre de 2024, 28 mil 100 personas se desempeñaron como profesores de enseñanza especial... con un salario promedio de 8 mil 360 pesos mensuales, cifra que registró una caída del 12% en relación al segundo trimestre del pasado 2024, 9 mil 500 pesos.
Sin embargo, en este sistema también se debe considerar el desconocimiento de padres, madres, docentes y directivos que provoca una mala interpretación de la condición o el minimizar sus efectos a corto, mediano o largo plazo: "Es solo falta de disciplina", "se le va a pasar con el tiempo", "el medicamento es peligroso y crea adicción", "sólo es un niño flojo que no quiere estudiar". Estos prejuicios impiden que muchos niños reciban el diagnóstico y apoyo necesario. El tratamiento del TDAH no es solo farmacológico, pues requiere un enfoque integral, que combine estrategias educativas, terapia psicológica y apoyo familiar.
¿QUÉ PODEMOS HACER PARA MEJORAR?
● Capacitación docente: Los maestros deben recibir formación en educación inclusiva y estrategias para apoyar a alumnos con TDAH.
● Grupos más reducidos: En aulas superpobladas, la atención personalizada es casi imposible.
● Trabajo con las familias: Escuelas y padres deben colaborar para crear entornos de aprendizaje adaptados.
● Estrategias didácticas diferenciadas: No todos los niños aprenden igual. Se necesitan metodologías que se adapten a la diversidad.
Si seguimos ignorando este problema, lo único que lograremos es perpetuar la exclusión y el fracaso escolar de miles de niños y niñas.
La pregunta es: ¿seguiremos esperando a que el sistema cambie solo o vamos a exigir que realmente se haga algo al respecto?
El TDAH no debería ser una sentencia de fracaso sino una forma de florecer ante la adversidad.
* El Maestro Gonzalo Manrique Ávalos es académico, abogado, analista en política internacional, Maestro en Administración Pública, Catedrático y Coordinador de la Escuela de Derecho y Gobierno de Pacífico Universidad. Además, es padre de dos adorables niños y se considera fiel amante de la educación y la escritura.
Correo electrónico: contacto@gonzalomanrique.mx