por EL UNIVERSAL
30/11/2023 10:45 / Uniradio Informa Baja California / Fama / Actualizado al 30/11/2023
MÉXICO.- Juan José "Pepillo" Origel rememoró algunos episodios de su vida sentimental, pues confesó que cuando era joven era un hombre muy atractivo y "con mucho pegue", pues llegó a ser novio de las que él consideraba las mujeres más bellas de León, su ciudad natal.
Y reveló que estuvo a punto de casarse con una de sus parejas, pero canceló el compromiso tiempo antes de que llegaran al altar, por un sentimiento que le sugería que no sería la decisión correcta y, al poco tiempo, su vida dio un giro de 180 grados.
El periodista visitó el estudio donde Jorge "Burro" Van Rankin graba su programa de entrevistas, en el que evidenciaron la gran amistad que los une, pues por años trabajaron en diferentes proyectos televisivos como "El calabozo" y "Hoy". Por ese motivo, el "Burro" le pidió a Pepillo que recordara algunas anécdotas de las que ya le había platicado en el pasado; una de ellas fue una de las etapas más prósperas de su vida, su juventud en León, Guanajuato.
Origel contó que hubo una época que fungió como el director de sociales del diario AM de León, por lo que llegó a codearse con los personajes más importante de ese tiempo, como fue el caso de Luis Humberto Ducoing Gamba, exgobernador de Guanajuato.
En aquel tiempo, Pepillo asistía a todas las fiestas y eventos más importantes de la región, lo que le dio la oportunidad de hacer muchos amigos y, por supuesto, de conocer muchas mujeres, las que asegura que se sentían atraídas por él automáticamente, pero más que por su personalidad o facilidad para hablar, era su aspecto el físico el que llamaba su atención, pues se recuerda como un hombre bastante atractivo.
"Te voy a decir una cosa, yo creo que yo fui novio de las más guapas de León, yo era un galanazo; yo me dedicaba a las mejores fiestas, a sacar a las mejores fiestas, me llevaba bien con todo el mundo y tenía mis novias", confesó.
Aunque el conductor no quiso dar nombres de algunas de ellas, pues aseguró que en la actualidad ya están casadas y con las que confesó que sí sostuvo relaciones sexuales.
De la que sí quiso decir su nombre fue de su exnovia Pati, pues aseguró que fue la joven con la que pensó que quería casarse y hasta anillo de compromiso le entregó.
Pati y Pepillo se conocieron porque el padre de la joven, al que denominó como el señor Barragán, era el director del periódico donde trabajaba, con el que sostenía una buena relación, pues sí aprobaba el noviazgo, a tal grado de que Origel fue a casa de su novia a pedir la aprobación de su familia para que se casasen, y lo hizo acompañado de su mamá y papá.
"Pati, con la que me iba a casar, la quería y ya tenía todo; la iglesia... (mi familia) estaba encantada, ya la habían pedido, allá se usaba que la mamá y el papá iban a pedir la mano a los papás de ella, el compromiso formal entre familias", detalló.
Sin embargo, más de seis meses después de que se comprometieran, Pepillo trastabilló: "Yo sentí que no debía de casarme, hablé con ella".
Y aunque Origel no se refirió explícitamente a los motivos que lo llevaron a romper el compromiso, dejó entrever que había sido porque se había replanteado su identidad sexual, pero que prefirió no darlo a conocer de forma abierta porque sabía que habría sido un tema muy doloroso tanto para su mamá como su papá, aunque a su novia sí le habló con sinceridad.
"En este tiempo la historia ya cambió, en aquel tiempo era más difícil decir... cuando mis papás se murieron, porque yo nunca toqué el tema, y dije ya no me importa nadie, ¿mis hermanos? Me adoran a mí por ser su hermano", precisó.
La decisión que tomó comenzó a cobrar sentido cuando viajó por un año a Montreal, Canadá para estudiar una especialidad y, en una ocasión, salió a divertirse con sus amistades a un bar de dos pisos; la planta baja era visitada por personas heterosexuales y en el primer piso se concentraban personas homosexuales.
Sin saberlo, pues en esa época, Pepillo desconocía que había bares gays, subió al primer piso y se extrañó al no encontrar a ninguna de sus amistades, pero tampoco hizo un esfuerzo por buscarlos.
"Vi puro hombre y me recargué en la barra, pedí una copa, yo creo que era tan guapo que no sabes toda la gente que se me acercaba, era un pegue..." expresó.
Al poco tiempo, un hombre árabe que vivía en Montreal lo invitó a tomar una copa a su casa, pero no hubo besos ni ningún acercamiento porque Origel tuvo miedo de lo que se pudiese pasar: "Para mí era pecado mortal".
Pero ese sólo fue el principio para que Pepillo comenzará a experimentar, por lo que volvió al mismo bar: "Nombre, de ahí ya no salí, ni te puedo decir todo... le di vuelo a la hilacha, novios no, nada (porque) sabía que me tenía que regresar", y en León no podía hacer lo mismo que hacía en Canadá.