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No obstante, de mantenerse los aranceles durante el año, el PIB de México podría caer alrededor del 4% en 2025.

Guerra Comercial en Norteamérica: ¿El fin del libre comercio con el T-MEC?

México, EE.UU. y Canadá deben buscar soluciones a través del diálogo y el respeto a los acuerdos comerciales, evitando decisiones que puedan socavar la integración económica de la región.

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04/03/2025 10:42 / Uniradio Informa Baja California / Negocios / Actualizado al 04/03/2025

  • Una guerra comercial prolongada podría desacelerar el crecimiento económico de México. En este contexto, Grupo Financiero BASE espera que el PIB muestre un crecimiento del 0.8% en 2025, asumiendo que los aranceles serán de muy corta duración. No obstante, de mantenerse los aranceles durante el año, el PIB de México podría caer alrededor del 4% en 2025.
  • Confiamos en que nuestra Presidenta Claudia Sheinbaum y su equipo de trabajo tomarán las mejores decisiones para las y los Mexicanos, mismas que respaldaremos, CONCANACO SERVYTUR y el sector que representa esta organización es el motor de la economía de México.

MÉXICO.- La reciente decisión del presidente Donald Trump de imponer aranceles del 25% a las importaciones provenientes de México y Canadá, así como un 10% adicional a productos chinos, ha generado un intenso debate sobre sus implicaciones económicas, políticas y comerciales.

Estos aranceles no solo desafían los principios del libre comercio establecidos en el T-MEC y los acuerdos de la OMC (Organización Mundial de Comercio), sino que también amenazan la estabilidad económica de la región, elevan la incertidumbre en los mercados y plantean riesgos para los consumidores y productores en ambos lados de la frontera.

México es el principal socio comercial de Estados Unidos y depende en gran medida del acceso al mercado estadounidense, y la imposición de aranceles significa un encarecimiento inmediato de las exportaciones mexicanas, afectando sectores clave como la industria automotriz, la manufactura, la agricultura y la electrónica. Asimismo, diversas empresas con cadenas de producción interconectadas en ambos países enfrentarían un aumento en costos operativos, lo que reduciría su competitividad.

La incertidumbre provocada por estos aranceles también podría desincentivar la inversión extranjera directa (IED) en México, afectando la creación de empleos y la expansión de industrias clave. Los inversionistas globales buscan estabilidad y certeza jurídica, factores que se ven amenazados cuando las políticas comerciales pueden cambiar abruptamente por decisiones unilaterales de Estados Unidos.

Por otra parte, una guerra comercial prolongada podría desacelerar el crecimiento económico de México. En este contexto, Grupo Financiero BASE espera que el PIB muestre un crecimiento del 0.8% en 2025, asumiendo que los aranceles serán de muy corta duración. No obstante, de mantenerse los aranceles durante el año, el PIB de México podría caer alrededor del 4% en 2025.

Con las medidas impuestas a México y Canadá, en la práctica no hay tratado de libre comercio entre estos tres países. Por su parte, México y Canadá se mantienen como socios comerciales en otro acuerdo, el TIPAT. Por lo cual, la medida trae consigo incertidumbre sobre el futuro de la relación comercial y de servicios de México con sus vecinos del norte.

Por otra parte, la depreciación del peso compensa parcialmente el arancel, pero no se puede descartar que Donald Trump quiera seguir subiendo el arancel. Cabe recordar que 83% de las exportaciones de México son hacia Estados Unidos y 26.7% del PIB depende de estas exportaciones, siendo probable que se observe un desplome de la inversión extranjera directa e incluso de desinversión en los próximos trimestres, y también se podría esperar un mayor deterioro del mercado laboral, lo que afectará directamente al consumo privado.

Desde la perspectiva estadounidense, los aranceles pueden parecer una estrategia para proteger a las empresas locales de la competencia extranjera, pero en la práctica generan efectos adversos. En primer lugar, las empresas estadounidenses que dependen de insumos mexicanos, como la industria automotriz y la manufactura, verían un aumento en sus costos de producción, lo cual provocaría un encarecimiento de los productos finales, trasladando el impacto de los aranceles a los consumidores.

Los consumidores estadounidenses, por su parte, experimentarían un incremento en los precios de productos esenciales, desde automóviles hasta alimentos. En una economía donde la inflación ya es un problema significativo, estos aranceles podrían generar una presión adicional sobre el poder adquisitivo de la población.

A nivel agrícola, los exportadores estadounidenses también sufrirían represalias de parte de México y otros países afectados. Históricamente, en respuesta a políticas proteccionistas de EE.UU., México ha impuesto aranceles a productos agrícolas estadounidenses, afectando a los productores de maíz, soja y carne.

En términos generales, los aranceles podrían ser contraproducentes para la economía estadounidense, al desincentivar el comercio, reducir la competitividad de las empresas y afectar el bienestar de los consumidores.

No debemos olvidar que el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), que entró en vigor en 2020, establece reglas claras sobre el libre comercio entre los tres países, promoviendo un flujo de bienes y servicios sin barreras arancelarias. La decisión de Trump de imponer aranceles unilaterales es una violación directa a los principios del acuerdo y pone en riesgo su estabilidad.

México y Canadá podrían recurrir a los mecanismos de resolución de disputas establecidos en el T-MEC, lo que podría derivar en sanciones o en la posibilidad de que EE.UU. enfrente represalias comerciales. Sin embargo, la incertidumbre generada podría ser suficiente para que empresas reconsideren sus planes de inversión en la región.

A nivel diplomático, esta medida podría generar tensiones significativas en la relación trilateral. México y Canadá han trabajado en estrecha colaboración con EE.UU. para fortalecer el comercio en la región, y una acción unilateral como esta socava la confianza en la cooperación económica establecida.

Estas prácticas proteccionistas, abren la puerta a una reconfiguración del comercio mundial, donde México y Canadá busquen diversificar sus socios comerciales y reducir su dependencia de EE.UU.

La decisión de Trump de imponer aranceles responde a varios factores. En primer lugar, forma parte de su estrategia de "América Primero", una política nacionalista que busca priorizar la producción y el empleo dentro de EE.UU. A lo largo de su administración, Trump promovió medidas proteccionistas, argumentando que el comercio internacional ha sido desfavorable para los trabajadores estadounidenses.

Otro argumento utilizado por Trump ha sido la supuesta inacción de México en la lucha contra el tráfico de fentanilo y la migración ilegal. En este sentido, los aranceles han sido utilizados como una herramienta de presión política, en un intento de forzar al gobierno mexicano a endurecer sus políticas en estos temas, aspectos los últimos que no dependen del sector privado por ser mandatos exclusivos del sector público.

Además, el contexto electoral también juega un papel importante. Estados Unidos y México han utilizado los aranceles y las medidas no arancelarias como un mensaje dirigido a su base electoral, especialmente en estados o actividades industriales afectados por la globalización.

Por otra parte, las políticas comerciales de Trump han sido ampliamente criticadas por economistas y expertos en comercio internacional. Si bien la protección de la industria nacional es un objetivo legítimo, los aranceles no han demostrado ser una estrategia efectiva en el largo plazo. En lugar de fortalecer la economía, generan represalias comerciales, incertidumbre y costos adicionales para consumidores y empresas.

México, por su parte, debe evaluar estrategias para mitigar el impacto de estas medidas. Diversificar mercados, fortalecer la industria nacional y buscar acuerdos comerciales con otros países, pueden ser alternativas para reducir la vulnerabilidad ante decisiones arbitrarias de EE.UU, pero siempre la decisión y el peso de la medida recae en el sector privado y la población.

A nivel global, este tipo de medidas refuerzan la tendencia hacia un mayor proteccionismo, lo que puede ralentizar la recuperación económica y afectar la cooperación internacional.

Desde una perspectiva crítica, esta medida no solo es ineficaz para alcanzar sus objetivos, sino que también refleja una visión cortoplacista del comercio internacional. En un contexto donde la cooperación y la estabilidad económica son claves para la recuperación post-pandemia, las políticas proteccionistas pueden resultar más dañinas que beneficiosas.

México, EE.UU. y Canadá deben buscar soluciones a través del diálogo y el respeto a los acuerdos comerciales, evitando decisiones que puedan socavar la integración económica de la región. Confiamos en que nuestra Presidenta Claudia Sheinbaum y su equipo de trabajo tomarán las mejores decisiones para las y los Mexicanos, mismas que respaldaremos, CONCANACO SERVYTUR y el sector que representa esta organización es el motor de la economía de nuestro país.

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