por Alberto Elenes
24/11/2023 10:30 / Uniradio Informa Baja California / Reportajes especiales / Actualizado al 24/11/2023
- El negocio donde ha vendido tamales y comida principalmente para migrantes, tras haber sido deportada, será demolido y reemplazado por departamentos.
- Doña Esther pide apoyo para encontrar otro lugar donde seguir cocinando para migrantes y organizaciones, pero ya no como fonda, ya que no puede pagar las rentas elevadas que solicitan.
- Como activista, también ha contribuido a la capacitación en cocina de otros migrantes que esperan una cita de asilo en Estados Unidos.
TIJUANA.- Este jueves, Doña Esther metió al horno los dos últimos pavos que preparó con motivo del Día de Acción de Gracias en su pequeño negocio de comida llamado La Antigüita y que distribuyó a integrantes de un albergue migrante de la ciudad de Tijuana, debido a que a más tardar el 31 de diciembre deberá desalojar el local que se encuentra sobre la calle cuarta entre Constitución y Ocampo.
"He visto que son muchos repatriados en la misma situación que yo recuerdan este día, nostalgia, entonces esa es la razón que se les ofrece un plato de comida calientita, pavo, arroz y ensalada, agua fresca y unas sodas, para celebrar, motivar y dar esperanzas, que estamos en una frontera con esperanzas", comentó doña Esther Morales, activista migrante.
Originaria de Oaxaca, Doña Esther llegó a Tijuana deportada de Estados Unidos. Ya estando de este lado, con un deseo firme de crear un futuro mejor para sí misma y para su comunidad del "Sueño Americano", pasó al "Sueño Mexicano". Desde hace 12 años, ofrece en este lugar comida con la sazón oaxaqueña, especializada en tamales.
"Nunca creí que lo iban a comprar, pues sí lo compraron, le bajaron el precio yo creo, lo compró una persona, esa persona va a remoler a partir de enero, la primer semana de enero, van a empezar a trabajar, a remoler aquí, parece que van hacer departamentos. Sí estoy triste, aquí se quedan recuerdos, amigos, sueños", expresó.
Este lugar también ha funcionado como fuente de empleo y capacitación para migrantes que están a la espera de una cita de asilo o de poder cruzar la frontera hacia Estados Unidos. Varios individuos de diferentes nacionalidades han aprendido de Doña Esther, como el caso de Juan Manuel.
"A parte de que me está ayudando con ingresos para estar yo manteniéndome yo en el albergue para lo que ocupe, ya aprendí yo mucho aquí de cocina, que esto es muy diferente para mí, porque yo no hacía esto, en mi casa no hacía nada de esto, y sí ha sido una experiencia muy bonita, porque ya me estoy aprendiendo yo a cocinar, o sea, ya sé yo algo de cocina y por eso le doy gracias a Doña Esther", refirió Juan Manuel García, migrante en espera de asilo.
Doña Esther desea continuar, ya que este sitio también era su sustento, pero ahora contempla mejor no ofrecer comida en una fondita, sino un local donde pueda preparar comida para albergues migrantes o satisfacer pedidos especiales que le suelen hacer.
"Yo lo único que hago un llamado, si alguien tiene un espacio para volver a armar mi cocina, ya no va a ser al público, puede ser como un garaje, como un espacio donde yo pueda armar mi cocina que es mis estufas, mis trastes y mi licuadora, es todo, mi molinito, es un molinito chiquito donde se muele el elote, es todo, es todo lo que yo estoy pidiendo para seguir trabajando, para seguir llevando ese plato de comida a mis hermanos migrantes, así les llamo yo", concluyó la activista migrante.
Por lo pronto, seguirá en su cocina preparando y alimentando a quienes lleguen durante las próximas semanas, además de que ya tiene varios pedidos de tamales para estas fiestas decembrinas.