por Alberto Elenes
11/03/2024 09:30 / Uniradio Informa Baja California / Reportajes especiales / Actualizado al 11/03/2024
- Encuentra su pasión como tamalero y decide hacer de Tijuana su hogar.
TIJUANA.- La historia de Evens Jean Louis es un relato de adaptación, solidaridad y cambio de vida en la vibrante ciudad fronteriza de Tijuana. Originario de Haití, en el 2019 llegó con la intención de buscar un futuro mejor en Estados Unidos. Sin embargo, mientras esperaba su turno para solicitar asilo, encontró un propósito y una comunidad en México, gracias a su trabajo preparando tamales oaxaqueños.
"Yo sabía de tacos, que los mexicanos comen tacos, pero yo no sabía nada de los tamales. Lo primero que me enseñaron es a preparar el pollo en salsa verde y a prepararlos, a limpiar chiles, yo empecé a hacer eso y luego a hacer las salsas. Como a mi siempre me ha gustado la cocina, aprendí", dijo Evens Jean Louis, Haitiano tamalero
Su carisma y esfuerzo pronto le ganaron la confianza no solo de la propietaria del negocio sino también de los clientes y compañeros de trabajo, aunque algunos se sorprendían al verlo preparando y vendiendo tamales oaxaqueños en el centro de Tijuana.
"Mi mamá trata de ayudar a los que necesitan, por ejemplo, aquí les ha brindado apoyo a varias personas, la mayoría haitianos que vienen; se refugian un tiempo, ya hacen lo que van hacer y llegan otros, y así, van y vienen. Y él, bueno, fue como el segundo o el tercero que conocimos y habla muy bien el español e incluso luego lo ocupa mi mamá para traducir lo que quiera que haga el trabajador", agregó Pedro Peláez, Le dieron trabajo a Evens vendiendo tamales
"Es divertido cuando me toca vender, porque la gente me pregunta, ¿quién las hace? Y si soy yo quien los hago, tienen dudas. A veces hay gente que va al puesto a comprar, cuándo me ven a mi me dicen ¿es el puesto de los oaxaqueños? Y les digo, sí es, no se confunden, si es", expresó Evens Jean Louis, Haitiano tamalero
Tras mudarse a Venezuela a los ocho años, Evens aprendió español, una habilidad que ahora le permite no solo comunicarse sino también asistir a otros migrantes en Tijuana, especialmente en el módulo de atención ubicado en la garita de San Ysidro.
"Está bien que ayude a todos. Me apoyó en la cita y en el albergue, me consiguió un albergue", comentó Fernando, migrante de Guanajuato
La empatía de Evens por las dificultades de los migrantes, especialmente los haitianos que luchan con la barrera del idioma, lo motivó a comprometerse aún más con su comunidad.
"Cuándo empecé a ver a la necesidad de los demás inmigrantes, sobre todo de los haitianos, sentí que alguien tenía que quedarse para ayudarlos, porque los haitianos no sabían hablar, aquí mismo en esta cocina me emplearon por saber hablar español y eso me dolía ver que los haitianos batallar cuando llegan aquí, yo empecé a ayudarlos, ayudarlos y algo dijo dentro de mi, quédate y me quedé", dijo Evens Jean Louis, Haitiano tamalero
Con su decisión de quedarse en Tijuana, Evens ha transformado su objetivo inicial. Ahora, profundamente arraigado en la comunidad local, dedica su vida a apoyar a otros migrantes y a continuar con su negocio de tamales. Su historia es un testimonio de cómo el amor por un lugar y su gente puede convertirse en el cimiento de una nueva vida y propósito.
