La química del amor: se ama con el cerebro, no con el corazón
CIUDAD DE MEXICO El amor es uno de los fenómenos psicológicos, sociales y filosóficos más fascinantes que existen, podríamos decir que nos ha acompañado a lo largo de nuestra evolución y posiblemente estará presente en el final de nuestros días... incluso, podría ser la causa.
Y tú: ¿cómo vives el amor, te da vida o te mata?
Dentro de los principales motivos de consulta psicológica está desde cómo mejorar las habilidades para encontrar y potenciar la experiencia amorosa hasta cómo superar una ruptura o decepción que en situaciones severas puede derivar en trastornos mentales como la depresión, ansiedad, celotipia, entre otros. Sin embargo, a pesar de que es un tema crucial para nuestra vida y que puede representar un problema de salud, ¿qué tanto sabemos de él?
Empecemos definiendo y reconociendo qué es el amor:
Para los filósofos como Platón, el amor implica: el deseo, una búsqueda de la belleza y la aspiración al bien (Jurado 2000), de ahí que el amor platónico se base en la admiración y búsqueda de la perfección, razón por la cual la decepción, frustración y desesperanza son una constante. Para otros pensadores más contemporáneos como Nietzsche, este sentimiento refiere una relación de poder y superación (Nietzsche, 2024), que mal entendido puede llevar a situaciones de celos patológicos y control. Por su parte, Erich Fromm lo asume como una acción que requiere consciencia, práctica, y dedicación, llevándolo a una interpretación más constructiva que espontánea (Fromm, 1992). Y Freud argumenta que es un estado de identificación y unificación con el otro, por supuesto, atravesado por el deseo sexual, lo cual puede resultar en la búsqueda de la complementariedad o como coloquialmente se dice: "la media naranja". Sin embargo, ¿qué perspectiva o interpretación es la correcta?, ¿existe una interpretación y forma de vivir el amor que sea correcta?
Para analizarlo es importante también saber qué pasa en nuestro cuerpo durante este sentimiento, más allá de las mariposas en el estómago y esa sensación de energía y super poder, qué ocurre específicamente en nuestro cerebro, que como sabemos es el centro de interpretación de lo que vivimos, sí, amamos con el cerebro no con el corazón.
La química cerebral del amor
El amor es un sentimiento abstracto que implica una compleja red de activación en nuestro cerebro, diversas sustancias como la dopamina, serotonina y oxitocina median esta activación y modulan nuestras experiencias de placer, satisfacción, euforia, apego y tranquilidad (Blumenthal, & Young, 2023). Se podría decir que neurológicamente el amor involucra dos fases, el enamoramiento; caracterizado por excitación y euforia; y el amor pleno, caracterizado por sensaciones de tranquilidad, seguridad y apego (Zou, Song, Zhang, & Zhang, 2016).
¿Sabías qué para nuestro cerebro, estar enamorado es similar a estar drogado? Te explico por qué...
La dopamina se libera sobre el núcleo accumbens y la corteza prefrontal cada que hacemos algo que nos gusta, comemos nuestro postre favorito, recibimos un regalo o se da reconocimiento a nuestros logros.
Específicamente, en el amor romántico se encontró que hay una activación importante de estos centros de la recompensa, lo interesante es que no se limita a la interacción directa, sino también ocurre ante la presencia de una fotografía, audio o recuerdo de la persona amada (Fisher, Aron, & Brown, 2006). Y además esta activación es similar a la que se presentaba en situaciones de consumo de sustancias adictivas como los psicoestimulantes (cocaína, anfetaminas) o empatógenos (éxtasis o mdma). Es por ello que una persona que se encuentra enamorada experimenta sensaciones elevadas de euforia, deseo y placer, sin embargo, esto no se mantiene por periodos prolongados, sino que ocurre en forma de picos de excitación, lo cual hace que sintamos motivación y deseos por buscar o estar con la persona amada y experimentar ansiedad e incertidumbre cuando nos alejamos, similar a lo que ocurre en el síndrome de abstinencia ante la interrupción en el consumo de una droga.
¿Tienes sentimientos de obsesión, preocupación y cuidado por tu ser amado?, aquí la razón de ello...
La serotonina juega un papel importante en el enamoramiento y el amor pleno, específicamente se ha asociado con la estabilidad emocional, esa sensación de tranquilidad y satisfacción plena. Resulta que durante el enamoramiento disminuye la actividad serotoninérgica, lo cual genera sensación de ansiedad y nerviosismo, deriva en pensamientos de obsesión y fijación por la persona amada, similar a lo que ocurre en el trastorno obsesivo compulsivo, en el cual, los niveles de serotonina están disminuidos (Marazziti, & Stahl, 2018). Esta es la razón por la cual, en las fases iniciales del enamoramiento, existe una idealización y obsesión por la persona amada, misma que se refuerza por la experiencia de placer, euforia y excitación que se experimentan durante la interacción.
Ahora entendemos por qué se dice que el amor es ciego y todo lo puede. Pero ¿qué ocurre cuando pasa el tiempo y estos sentimientos de euforia y placer disminuyen?, ¿qué pasa con el amor cuando se mantiene en el tiempo y evoluciona?
Como describía Erich Fromm, el amor implica una acción y compromiso constante y consistente, es una construcción a largo plazo. Es aquí donde toma relevancia la oxitocina, esta hormona se libera de manera importante durante funciones reproductivas como el sexo, el parto y el amamantamiento, pero también durante interacciones sociales satisfactorias por lo que se le ha relacionado con procesos complejos como la empatía, el apego y la formación de vínculos afectivos.
En 2005, un estudio realizado por Kosfeld y colaboradores, observó que las personas que tenían niveles más elevados de oxitocina confiaban más que las que tenían menores niveles; en el mismo sentido, se encontró que esta hormona promueve sentimientos de fidelidad, cuidado y protección de los seres amados (Carter, 2018). Finalmente, y no menos importante también se ha encontrado que modula efectos tranquilizantes y ansiolíticos (Heinrichs, von Dawans, & Domes, 2009). Es por esto que la oxitocina ha sido denominada la hormona del amor, pues regula sentimientos de confianza, fielidad, cuidado, protección y tranquilidad, características del amor pleno.
Conclusiones
Como se ha descrito, el amor ha sido un tema de interés desde tiempos inmemoriales para filósofos, psicólogos y neurocientíficos. Mientras que la filosofía aborda el amor desde una perspectiva trascendental, como el ideal de la belleza platónica o el amor al prójimo, las neurociencias nos permiten observarlo como un proceso neuroquímico y biológico que involucra sustancias como la dopamina, la serotonina y la oxitocina, que regulan nuestros comportamientos, emociones y vínculos afectivos.
Sin embargo, no es solo un asunto de atracción o de bienestar. El amor como proceso neurobiológico, tiene el potencial de transformar profundamente nuestras vidas, desde las experiencias de euforia y placer en las primeras etapas de una relación hasta la estabilidad emocional en el amor maduro o pleno.
El amor también tiene un lado oscuro, caótico y patológico, cuando la ansiedad, la obsesión o el miedo al abandono se vuelven una constante pueden dar lugar a trastornos emocionales y psiquiátricos. Es por ello que recomendamos a nuestra comunidad lectora, que se apoye en las múltiples herramientas de autoconocimiento, asertividad y gestión emocional que existen, pero fundamentalmente que se apoyen en profesionales calificados para proporcionar esta dirección y apoyo.
Las redes sociales estan cambiando la forma en que amamos, si quieres saber más al respecto, espera nuestra siguiente nota: Ámate para que sepas cómo amar.
Por: Dr. Alejandro Tapia de Jesús, académico del Departamento de Salud de la Universidad Iberoamericana.