A la intemperie y sin recursos; migrantes enfrentan espera para solicitar asilo en México
NAUCALPAN, Méx.- Con fichas numeradas en mano, migrantes cubanos y venezolanos, optimistas, ingresaron a las oficinas de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar) en Naucalpan para tramitar el documento de asilo. "Allá no tenemos libertades, ni siquiera podemos elegir qué comer", relató Pavel, quien en Cuba reparaba bicicletas.
A su lado, Idael, un agricultor, asentía mientras sostenía un boleto con una estrella impresa. "Ya estoy en la lista y tengo el número 135. Hoy llegué a las siete de la mañana, pero antenoche dormimos aquí", comentó con visible agotamiento.
El proceso de solicitud de asilo representa para muchos migrantes la esperanza de estabilidad en México. Con el documento que otorga la Comar, podrían acceder a empleos formales y empezar a saldar las deudas que contrajeron para llegar hasta aquí.
"Algunos hemos pagado más de cinco mil dólares en vuelos, transportes y comida", confesó un cubano que esperaba su turno en la fila. La falta de recursos ha obligado a muchos a pernoctar en la calle, como Dominic, quien decidió pasar la noche afuera de la Comar en la colonia Los Remedios, en Naucalpan, pues no tenía dinero para pagar un transporte.
Otros han optado por alquilar camionetas de turismo por 2 500 pesos, con capacidad para 14 personas, para trasladarse desde municipios mexiquenses como Tecámac y Nezahualcóyotl, o desde el sur de la Ciudad de México, en alcaldías como Tláhuac y Magdalena Contreras.
El flujo de migrantes ha rebasado la capacidad de atención de la Comar. "Hay un atraso", señaló Douglas, un venezolano que ayuda a organizar la fila. "La semana pasada hubo poco personal. Hoy esperamos que atiendan al menos a 300 personas, pero somos miles los que estamos aquí", añadió.
Cada día se registran alrededor de 1 300 personas en la lista de espera, la cual comenzó el 20 de enero. "Quien se apunta hoy tendrá que esperar hasta finales de febrero para ser atendido", afirmó un migrante venezolano.
A la incertidumbre sobre los tiempos de atención, se suman las condiciones precarias en las que permanecen los solicitantes de asilo. Afuera de la Comar no hay agua, baños, seguridad ni zonas de sombra para resguardarse del sol durante el día o del frío en la madrugada.
"Nos falta todo: agua, baños, cobijas y, sobre todo, seguridad, porque aquí no hay vigilancia y la zona es peligrosa", denunciaron migrantes y empleados de la Comar, quienes solicitaron apoyo de las autoridades locales y estatales para mejorar la situación en el sitio.