29/11/2024 09:31 / Uniradio Informa Baja California / Sociedad / Actualizado al 29/11/2024
TIJUANA.- La administración de Donald Trump ha empleado los aranceles como una herramienta de presión para alinear las políticas de otros países con los intereses de Estados Unidos. Esta estrategia ha afectado a naciones como México y China, y ha generado tensiones con aliados tradicionales como Canadá y la Unión Europea.
El Dr. Ignacio Casas Fraire, Coordinador de la Lic. en Logística Internacional de CETYS Tijuana, recordó que durante su mandato, el presidente electo Trump implementó aranceles sobre el acero y aluminio, justificándolos por motivos de seguridad nacional. Estas medidas impactaron a países como Canadá, México y miembros de la Unión Europea, provocando respuestas en forma de aranceles de represalia. Por ejemplo, Canadá impuso aranceles equivalentes a los productos estadounidenses en respuesta a las tarifas sobre el acero y el aluminio.
La imposición de aranceles ha tenido consecuencias significativas en las relaciones comerciales de Estados Unidos. China, en particular, respondió con aranceles a productos estadounidenses, afectando sectores como la agricultura. Según un análisis del Peterson Institute for International Economics, para junio de 2019, China había aumentado sus aranceles promedio a las exportaciones estadounidenses al 20.7%, mientras que los aranceles a otros países habían disminuido al 6.7%.
La comunidad internacional ha criticado estas políticas arancelarias. China ha señalado que tales medidas unilaterales no resolverán los problemas de Estados Unidos y ha instado al respeto de las normas de la Organización Mundial del Comercio. Por otro lado, diversos líderes europeos han expresado su preocupación por una posible guerra comercial que podría afectar la economía global.
Estudios recientes han demostrado que los aranceles de Trump no lograron restaurar empleos en Estados Unidos. Por ejemplo, el Instituto Tecnológico de Massachusetts, la Universidad de Zúrich, Harvard y el Banco Mundial han concluido que los aranceles "ni aumentaron ni disminuyeron el empleo en Estados Unidos" donde se suponía que debían proteger los empleos.
"Con la reelección de Trump, existe preocupación sobre la continuación y posible intensificación de estas políticas arancelarias. La amenaza de imponer aranceles a países que no cooperen con Estados Unidos en diversos ámbitos podría llevar a una mayor fragmentación de la economía global y a la formación de bloques comerciales rivales", señaló.
En este nuevo mandato de Donald Trump, esta presión generará nuevamente tensiones comerciales y diplomáticas a nivel mundial. Si bien estas medidas buscan proteger los intereses estadounidenses, sus efectos colaterales han afectado tanto a la economía global como a las relaciones internacionales de Estados Unidos, sin resolver la balanza comercial deficitaria que es el objetivo del presidente Trump.
Para México, esta política implica que, además de las amenazas directas, podría verse afectado por medidas arancelarias impuestas a otros socios comerciales, alterando las dinámicas del comercio global y afectando sus exportaciones. La volatilidad en las políticas arancelarias de Estados Unidos obliga a México a buscar estrategias para mitigar los impactos negativos en su economía.
"Las amenazas arancelarias de Donald Trump hacia México reflejan una estrategia de presión en múltiples frentes, desde temas de seguridad y migración hasta consideraciones geopolíticas y comerciales. Es esencial que ambos países trabajen en conjunto para abordar las causas subyacentes de estos desafíos, fortaleciendo sus relaciones y buscando soluciones que beneficien a ambas naciones", profundizó.
En noviembre de 2024, el presidente electo Donald Trump anunció la imposición de un arancel del 25% a todas las importaciones provenientes de México y Canadá, argumentando que estas medidas eran necesarias para detener la "invasión" de drogas, especialmente fentanilo, y la inmigración ilegal hacia Estados Unidos. Trump condicionó la eliminación de estos aranceles a la reducción significativa de estos flujos. La implementación de estos aranceles podría contravenir el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), afectando no solo a las economías de los países involucrados, sino también a las cadenas de suministro regionales. Además, expertos señalan que tales medidas podrían exacerbar las tensiones diplomáticas y comerciales, sin abordar las raíces de los problemas mencionados.
En ese mismo sentido, destaca la imposición de aranceles por la relación comercial de México con China. La creciente relación comercial y de inversión entre México y China ha sido motivo de preocupación para la administración Trump. En diversas ocasiones, Trump ha insinuado la posibilidad de imponer aranceles a productos mexicanos que contengan componentes chinos o que sean resultado de inversiones chinas en territorio mexicano. El objetivo sería disuadir a México de fortalecer sus lazos económicos con China, percibido como un rival estratégico por Estados Unidos.
Esta postura coloca a México en una posición delicada, ya que busca diversificar sus relaciones comerciales y atraer inversión extranjera para impulsar su desarrollo económico. La imposición de aranceles bajo este pretexto podría limitar las oportunidades de crecimiento para México y generar fricciones adicionales en la relación bilateral con Estados Unidos.
La posición de México ha sido hasta ahora de hacer ver que "Las amenazas y los aranceles no resolverán los problemas de migración ni el consumo de drogas en Estados Unidos", según carta dirigida a Trump por parte de la presidenta Sheinbaum, mediante la cual también enfatizó la necesidad de cooperación y entendimiento mutuo entre las naciones para abordar estos desafíos compartidos.
"El futuro es incierto; flota sobre la relación bilateral un ánimo de desconfianza. Por ello, es fundamental que México busque el entendimiento mutuo y la colaboración para enfrentar los retos comunes, también con Canadá, y así poder construir un futuro próspero para toda la región de Norteamérica.