Sociedad

Daño mental por un divorcio sumado a violencia de Tijuana lleva a jóvenes a consumo de alcohol y drogas: experta

El 60 por ciento de los pacientes que atiende la institución son jóvenes que están en proceso de experimentación con sustancias.
concepto de tráfico de drogas, crimen, adicción y venta de droga Archivo
Octavio Fabela 11-06-2024

TIJUANA.- La separación familiar y en especial el daño a la salud mental de los jóvenes durante los procesos de divorcio de los padres se suma al ambiente de violencia que se vive en la ciudad, lo que provoca que empiecen a experimentar con las drogas y el alcohol.

María Idalia Vázquez Leyva, Directora del Centro de Integración Juvenil (CIJ) Soler, explicó que el 60 por ciento de los pacientes que atiende la institución son jóvenes que están en proceso de experimentación con sustancias y no tienen todavía un problema grave.

"El 60% de nuestros usuarios son jóvenes pero ellos acuden mandados por alguien más y acuden aun cuando pueden ser experimentales, lo que significa que no necesariamente tienen un problema con el consumo de cualquier sustancia, ya sea alcohol o alguna otra droga, sino que están experimentando, entonces acuden tempranamente con nosotros para dejar el consumo de estas sustancias. Lo que nosotros hacemos con ellos es darles información sobre los daños ocasionados por cada una de las sustancias; se les da información acerca de qué cosas pueden hacer. Es decir, si esta situación que ellos están presentando de consumo de algo va acorde con su proyecto de vida para que ellos se den cuenta de que la situación no es así, entonces que vayan retomando ellos mismos, que se vayan haciendo conscientes de los daños y consecuencias que les pueden ocasionar el alcohol o cualquiera de las otras sustancias", dijo.

Consideró importante la vinculación entre instituciones para el tratamiento de las adicciones, escuelas y la familia para evitar que los muchachos que ya han experimentado con alguna sustancia puedan encontrar redes de apoyo que eviten que se desarrolle un problema mayor.

"El reto es trabajar más, arduamente, y de la mano con instancias como AA, por ejemplo, que nosotros trabajamos en un primer inicio, sí damos el tratamiento, pero ellos están dando el seguimiento. Ellos son una red de apoyo muy fuerte para estas personas que tienen el consumo de algún tipo de sustancias", agregó.

Reconoció que los jóvenes que experimentan y acuden por ayuda al CIJ lo hacen por orden de alguna autoridad u obligados por sus padres y no por voluntad propia porque desconocen los riesgos que conlleva el utilizar drogas o alcohol para evadir sus problemas.

"La intención de nosotros es incrementar los factores de protección, por eso no solo trabajamos con el joven, sino también con sus padres y también con las escuelas dando mucha información referente a cuáles son los daños ocasionados, cuáles son estas situaciones que pueden llevar a alguien al consumo de una sustancia y cuáles son las herramientas que deben de tener para dejar ese consumo", concluyó.