Efectos de la política antiinmigración en la frontera mexicana
Expertos en ciencias sociales describen las tensiones económicas y emocionales que afectan tanto a los migrantes que ya no pueden ir a Estados Unidos, como a los deportados.
TIJUANA.- A casi dos meses de instalarse la administración de Donald Trump en Estados Unidos, no se ha visto una deportación masiva que afecte a la región fronteriza mexicana. Los albergues creados en previsión por el Estado mexicano y la sociedad civil aún no se encuentran a su máxima capacidad.
Sin embargo, los albergues reportan un incremento en el número de mujeres y niños mexicanos afectados por el desplazamiento forzado ocasionado por la violencia o desastres naturales, señaló la Dra. Frida Güiza, docente e investigadora de CETYS Universidad Campus Tijuana durante el Webinario Migración en la zona CaliBaja: Perspectivas desde la frontera, organizado para los medios de comunicación por CETYS Universidad.
Las razones por las que estas personas dejaron su lugar de origen no están resueltas. "La ONU reporta unos 400 mil desplazados internos en México, y ya no hay posibilidad de escape hacia Estados Unidos", refirió. La población más vulnerable llega a la frontera víctima de ofertas fraudulentas de asilo en Estados Unidos y queda varada, buscando medidas desesperadas como poner a los menores en manos de "polleros", quienes siguen ofreciendo sus servicios pese a la militarización de la frontera.
El panorama puede empeorar, agregó la especialista, debido a la interrupción de los fondos provistos por US Aid, que proveían apoyo financiero a numerosas organizaciones que ayudan a los migrantes varados en la frontera.
Lo que se ha endurecido radicalmente es el discurso y una narrativa que criminaliza a los migrantes en Estados Unidos, señaló el Dr. Hugo Méndez Fierros, profesor e investigador de la Universidad Autónoma de Baja California,
El especialista apuntó que en este momento se vive la mayor radicalización de una corriente que tiende a "enemizar" a los migrantes, un fenómeno que algunos analistas también llaman "crimigración".
"La estigmatización del migrante está en su punto más alto desde la formación de este discurso en 1980. Hoy se ha hecho común llamarlo delincuente, parásito o equipararlo con el crimen organizado. El impacto hasta ahora es mediático, pero ha tenido efecto: los refugios fronterizos están viendo llegar a mexicanos que se repatrian de forma voluntaria, por temor a ser encarcelados".
En Estados Unidos se aprecian cambios en la vida cotidiana, describió durante su participación el Dr. Carlos González Palacios, director de Humanidades y del Centro de Excelencia en Desarrollo Humano y Social de CETYS Universidad. Algunos de ellos son el miedo incluso al estar en casa, ausentismo laboral, y la organización familiar en caso de que alguno de sus miembros no regrese al hogar.
Igualmente, se sostiene una lucha entre el gobierno federal y las llamadas ciudades santuario con retiro de apoyos, cierre de albergues y demandas legales.
El Dr. González Palacios añadió que, de acuerdo con estimaciones, el impacto económico de las medidas contra los migrantes afectará el envío de remesas hacia México, pero también la producción agrícola y la industria de la construcción en Estados Unidos, en donde la mano de obra indocumentada puede alcanzar hasta el 70%.
En las ciudades fronterizas prevalece una mezcla de factores detrás del flujo de personas: el desplazamiento interno forzado en México, la población de diversos países y quienes llegan por las deportaciones. Es una problemática compleja para el gobierno y la sociedad civil, expresó en su oportunidad el Dr. Miguel Ángel Monteverde, profesor e investigador del Colegio de Ciencias y Humanidades, Campus Mexicali de CETYS Universidad.
Consideró que las personas que quedan varadas en la frontera se ven encerradas en un "limbo", que afecta no sólo al individuo, sino a toda su red de apoyo o dependientes. "Se van perdiendo herramientas de certeza para la vida, y se genera una intensa ansiedad sobre el futuro. Es el desgaste integral físico y emocional de la espera. Ante ello el gobierno en todos sus niveles puede realizar un esfuerzo de inclusión importante, dotando de documentos a quienes llegan luego de haber cortado todos sus nexos con el país, y por supuesto tratando a esta población en movimiento con respeto a los Derechos Humanos".
Hacia el futuro, los panelistas recomendaron poner atención a los mecanismos de resistencia de la sociedad civil en Estados Unidos y al trabajo de filantropía que se organiza del lado mexicano de la frontera.
"La inmigración humana ha estado presente desde siempre, ninguna política la va a parar. Los gobiernos y las sociedades tenemos que encontrar la forma de administrarla de manera humana", concluyó el Dr. Carlos González Palacios.