14/08/2024 08:04 / Uniradio Informa Baja California / Sociedad / Actualizado al 14/08/2024
- El riesgo de colapso para la seguridad pública en términos de peligro potencial de lesiones y muertes, pérdida de propiedad, impactos en el tráfico, etc., ponen en jaque la seguridad de los habitantes.
MÉXICO.- Los árboles que adornan las calles de la Ciudad de México son mucho más que simples elementos decorativos; son un pilar fundamental de la vida urbana. Estos gigantes verdes no solo embellecen nuestras colonias residenciales y comerciales, sino que también nos brindan una variedad de beneficios ambientales, económicos y sociales 1. Sin embargo, su creciente fragilidad y el riesgo de colapso para la seguridad pública en términos de peligro potencial de lesiones y muertes, pérdida de propiedad, impactos en el tráfico, etc., ponen en jaque la seguridad de los habitantes. ¿Qué está detrás de este preocupante fenómeno?
En las últimas décadas, las condiciones para el crecimiento de los árboles han empeorado dramáticamente. La urbanización a gran escala ha introducido nuevos factores de estrés que afectan a estos seres vivos de manera devastadora 2. Por ejemplo, uno de los factores más importantes es la degradación del suelo antropogénico o urbano que se refiere a cambios físicos y químicos que incluyen la compactación del suelo, la alteración de las relaciones agua-aire, la escasez de agua debido a la escorrentía superficial, la alta temperatura del suelo, la salinidad, la contaminación, el aumento del pH y también la deficiencia de materia orgánica y minerales. Otro problema importante en relación con el crecimiento y desarrollo de los árboles en la vía pública es la composición del aire en las zonas urbanas; ya que la mala calidad del aire puede imponer cambios mecánicos, como la oclusión de las estomas por polvos suspendidos en el aire contaminado, lo que resulta en el empeoramiento del intercambio de gases y, por lo tanto, alteran los procesos vitales de los árboles.
Otros factores, igualmente importantes son la cantidad de luz (intensidad), la calidad de la luz (composición espectral), la dirección y la duración; ya que debido a los edificios altos que dan sombra en el área urbana, hay cambios en la intensidad de la luz que llega a las hojas, por lo que las fases de luz y oscuridad en los ciclos diurnos también pueden verse alteradas. Es decir, en áreas urbanas altamente modificadas, los árboles deben hacer frente no solo a una gran cantidad de rayos y deficiencia de luz, sino también a dosis de luz artificial durante la noche, lo que repercute en la asimilación de carbono de los árboles necesaria para ganar volumen.
Todos estos factores que modifican las características biológicas y mecánicas de los árboles urbanos pueden cambiar con el tiempo, afectando así la estabilidad de la estructura del árbol. Este puede ser un proceso gradual, pero también puede ser drástico, especialmente después de eventos extremos de fuertes vientos y lluvias. Los árboles pueden caer en cualquier momento sin que se muestren o detecten signos discernibles de falla. Recientemente, en la Colonia Nápoles de la Alcaldía Benito Juárez de la CDMX un incidente ocurrió dejando como saldo una mujer sin vida, luego de que un árbol cayera sobre el vehículo que circulaba a un costado del Pepsi Center, donde se encontraba con su familia 3.
De acuerdo con datos del Gobierno de la Ciudad de México, obtenidos de los registros de llamadas al número de emergencias 9-1-1, un servicio público mediante el cual se brinda atención a la ciudadanía, en coordinación con diversas dependencias, en temas relacionados con delitos, emergencias, faltas cívicas, servicios públicos y urgencias médicas, entre 2019 y 2021 se registraron un total de 9 218 árboles caídos, es decir, 8.5 árboles al día. Si bien el mayor número de árboles caídos ocurre en las alcaldías de Iztapalapa, Gustavo A. Madero y Cuauhtémoc. El mayor número de árboles caídos al año por cada 10 000 habitantes ocurre en las alcaldías Miguel Hidalgo, Benito Juárez y Cuauhtémoc, con 5 árboles al año por cada 10 000 habitantes.
Si bien existen esfuerzos aislados para realizar inventarios arbóreos, como los desarrollados por la Procuraduría Ambiental y del Ordenamiento Territorial (PAOT), estos son insuficientes. La falta de un sistema de alerta preventiva agrava el problema, dejando a los árboles de la ciudad sin la atención necesaria. Es crucial implementar un plan integral de monitoreo para evaluar las condiciones de crecimiento de los árboles y detectar aquellos que representan un riesgo potencial. Solo con la coordinación adecuada, los planificadores urbanos podrán establecer medidas que garanticen la seguridad de la ciudadanía y, al mismo tiempo, fomenten el crecimiento y bienestar del arbolado urbano.
En conclusión, los árboles de la Ciudad de México son vitales para nuestro ecosistema urbano, pero su estabilidad y salud están en riesgo. Urge actuar para proteger a estos valiosos seres vivos y, con ellos, la seguridad de todos los que habitamos en esta vibrante metrópoli. ¡Es hora de poner a la sustentabilidad en el centro de nuestras decisiones!
"Es crucial implementar un plan integral de monitoreo para evaluar las condiciones de crecimiento de los árboles y detectar aquellos que representan un riesgo potencial". "Los árboles de la Ciudad de México son vitales para nuestro ecosistema urbano, pero su estabilidad y salud están en riesgo."