20/07/2024 13:36 / Uniradio Informa Baja California / Sociedad / Actualizado al 20/07/2024
ENSENADA.- Autoridades municipales, militares y culturales, recordaron la vida y obra del general Francisco Villa con una ceremonia cívica realizada en la rotonda del Parque Revolución en el marco del 101 aniversario de su muerte.
Para hablar sobre este personaje de la historia de México, Adelfo Sánchez Salgado, integrante de la Asociación de Liberales de Ensenada (ACLE), destacó que Francisco Villa es parte de los movimientos sociales en pro de la justicia, la libertad, la democracia, el desarrollo y el progreso de los pueblos.
Recordó que Villa, en realidad llevaba por nombre José Doroteo Arango Arámbula, nacido un 5 de junio de 1878, en el Rancho "La Coyotada", en el municipio de San Juan del Río,
Durango.
Cito que sus padres fueron Agustín Arango y Micaela Arámbula; desde pequeño trabajó como peón en la hacienda de Agustín López Negrete, hasta el año 1894, pero tuvo que huir después de disparar y herir de gravedad a uno de los hijos de los dueños de la hacienda donde trabajaba, en represalia por el ultraje de su hermana.
El liberal del Ensenada refirió que al estallar la Revolución Mexicana en 1910, se puso a las órdenes de Francisco I. Madero. Así, Pancho Villa destacó desde sus inicios como un buen jefe guerrillero, reclutando en sus tropas a jornaleros y pequeños colonos que fueron desposeídos de sus tierras, demostrando su inteligencia y valentía en distintas batallas contra el Gobierno Federal.
"Durante la administración de Madero, estuvo a las órdenes del general Victoriano Huerta, quien tiempo después lo condenaría a muerte por insubordinación, por lo que Francisco Villa fue entonces trasladado a la Penitenciaría de Lecumberri, hasta que, por intermediación de Gustavo A.
Madero, se le permutó la pena de muerte por prisión en Santiago Tlatelolco", añadió en su mensaje.
Posteriormente, comentó que Villa pudo escapar del encarcelamiento y se refugió en Estados Unidos y regresó tras el asesinato de Francisco I. Madero y por la llegada al poder de Victoriano Huerta, en el año 1913, uniéndose al Ejército Constitucionalista y tomando el control del estado de Chihuahua, además de formar la División del Norte, ocupando Torreón, Ciudad Juárez y Zacatecas.
En Octubre de ese mismo año, dijo Sánchez Salgado, se convocó a la Convención de Aguascalientes para intentar unificar a las facciones revolucionarias, y en diciembre de 1914, Villa y Zapata entraron a Ciudad de México para tomar el mando de las tropas de la Convención llegando a Palacio Nacional, donde Francisco Villa tuvo el honor de sentarse en la silla presidencial.
En los meses siguientes, Villa sufrió una serie de derrotas a manos de las fuerzas carrancistas, por lo que se replegó al norte del país, donde fue gobernador provisional de Chihuahua.
Durante ese cargo, logró restablecer el orden, abarató los artículos de primera necesidad, abrió el Instituto Científico y Literario, condonó contribuciones atrasadas, emitió papel moneda, creó 50 escuelas, envió a sus hombres para ayudar en la cosecha y ordenó la reparación de ferrocarriles y líneas telegráficas.
Durante la presidencia de Adolfo de la Huerta se iniciaron las negociaciones que derivaron en el retiro pacífico de Villa y sus fuerzas, a la Hacienda de Canutillo en su natal estado de Durango, mejorando las condiciones de vida de todos los campesinos y peones de esta región.
El 20 de julio de 1923, el llamado "Centauro del Norte", a la edad de 45 años, emprendió su último viaje cuando se dirigía a Parral, Chihuahua, donde murió acribillado al paso de su automóvil, recibiendo 150 disparos a mansalva por parte de sus asesinos.
Estuvieron presentes en la ceremonia luctuosa, Catalina López Pérez, jefa del Departamento de Educación, en representación del alcalde Armando Ayala Robles; la teniente de navío servicio de sanidad naval y médico cirujano especialista en medicina hiperbarica, Miroslava López, en representación de la Segunda Región Naval; el capitán segundo de artillería, Martín Delgado, en representación de la Guarnición Militar del Ciprés; Rodolfo Cervantes, miembro de la ACLE e integrantes del grupo de la tercera edad"Brisas", quiénes interpretaron las canciones "Carabina 30", "Descansa general", "La tumba de Villa" y "Siete leguas".