Reportan severo caos vial en la zona de Otay por lentos cruces de camiones
Algunos operadores de carga ya piensan en dejar de prestar el servicio por el alto costo que representa, pues los tiempos de espera se han incrementado hasta 8 horas.
TIJUANA.- Residentes y transportistas en la zona de Otay manifestaron su molestia por el caos vial que se generó en las inmediaciones de la garita comercial, este viernes 5 de mayo, debido a constantes fallas en los sistemas aduaneros tanto de México como de Estados Unidos, que han provocado esperas de entre 7 y 8 horas.
Y es que al ser una fecha festiva el 5 de mayo, el flujo de visitantes en la garita, se sumó al tránsito de camiones de carga que a diario cruzan por la zona de Otay, lo que ocasionó un verdadero conflicto vial para los vecinos de los alrededores, los trabajadores de las empresas y los propios transportistas.
De acuerdo con Fernando Martínez Campos, operador de carga, este caos obedece, entre otros factores, a las constantes fallas en los sistemas aduaneros de México y Estados Unidos, aunado a la falta de un plan estratégico que permita el tránsito eficiente de los camiones de carga.
Y es que se estima que a diario cruzan alrededor de 4 mil unidades de carga por la garita comercial de Otay, lo que desquicia las vías de comunicación y provoca estrés en la población.
Martínez Campos mencionó que en fechas recientes los tiempos de cruce se han empeorado, al reportar tardanzas de entre 7 y 8 horas, al grado de que ya piensan muchos de ellos en dejar de brindar el servicio por los altos costos que les representa.
Además, dijo, las quejas de los operadores también van en el sentido de que cada vez se ven más limitados en su desempeño por la falta de interés en resolver esta problemática por parte de quienes operan el comercio exterior entre México y Estados Unidos.
Finalmente, Fernando Martínez refirió que testimonios de algunos operadores de carga que circulan por la Frontera mencionan que sólo les ha quedado intentar cruzar, aun a pesar de no tener ni donde poder hacer sus necesidades básicas, sumado a los largos tiempos que tienen que esperar para ganarse el pan de cada día.